Los científicos, como la gente del cine o los más elegantes en las listas de moda, también reciben unos "contragalardones"; una especie de jarro de agua fría por sus peregrinos trabajos publicados en revistas especializadas. Así se pretenden
"honrar avances que en un primer momento hacen reír a la gente y luego les hacen pensar", según los organizadores.
El nombre de los premios juega con la semejanza fonética en inglés con la palabra "innoble", y son una especie de
"Anti Nobel" que concede la revista
Annals of Improbable Research (Anales de Investigación Inverosímil) a aquellos estudios científicos, trabajos o invenciones que, si bien son serios... no lo parecen demasiado y no deberían repetirse.
La ceremonia, que viene celebrándose desde 1991, tiene lugar una vez al año en el Sanders Theatre de la Universidad de Harvard, en EE.UU. Verdaderos premios Nobel entregan los galardones a los premiados, que muchas veces procedentes de lugares muy lejanos, se pagan ellos mismos el viaje. Además tiene una tradición singular: a lo largo de las dos horas que dura la cita, los más de mil asistentes suelen arrojar avioncitos de papel hacia el escenario.
Los
premiados de este año, fallados el 5 de octubre de 2006, son estos (leed con atención, que algunos estudios parecen una auténtica broma):
Matemáticas. Nic Svenson y Piers Barnes, de la Organización de Investigación Científica de Australia. El estudio revela la media de fotos que hay que sacar para asegurarse que nadie salga con los ojos cerrados.
Ornitología. Ivan Schwab y Philip May, de la Universidad de California. ¿Por qué los pájaros carpinteros no padece de dolor de cabeza?
Química. Un grupo de científicos de la Universidad de Valencia y la Universidad de Islas Baleares, España. El trabajo se titula «Velocidad ultrasónica en el queso cheddar afectado por la temperatura».
Paz. El científico galés, Howard Stapleton. Un artefacto repelente electromecánico de adolescentes (no trascendió si se comercializará). El ingenio emite un estridente e irritante ruido sólo audible por "teenagers", no por adultos.
Acústica. Lynn Halpern, Randolph Blake, y James Hillengran, de la Universidad Northwestern, de Chicago. Pasarán a la historia por desvelar esta incógnita: ¿por qué es insoportable para algunas personas el sonido de una uñas arañando una pizarra?
Nutrición. Los científicos kuwaitíes Wasmia Al-Houty, y Faten Al-Mussalam. ¿Les gusta a los escarabajos coprófagos su dieta de excrementos?
Medicina. Francis Fesmire, del Colegio de Medicina de la Universidad de Tennessee, y un equipo del Centro Médico de Haifa, Israel. La investigación se centró en averiguar de forma empírica si un masaje rectal dactilar es un remedio casero contra el hipo.
Biología. Bart Knols, de la Universidad Wageningen de Agricultura en los Países Bajos, el Instituto Nacional de Investigación Médica de Tanzania, y el Organismo Internacional de Energía Atómica. Los científicos han constatado lo que todo el mundo sospechaba: que los pies sucios desprenden un tufillo igual al del queso "limburger". Comprobaron cómo el mosquito anopheles hembra, transmisor de la malaria, fue igualmente atraído por una porción de queso que un pie humano.
Física. Basile Audoly y Sebastien Neukirch, de la Universidad de París, han esclarecido por qué los espaguetis, en seco, tienden a quebrarse en más de dos pedazos.
Particularmente me interesa el repelente de adolescentes; ¡ojalá se llegue a comercializar, que sé de más de uno que estará encantado de comprarlo para ahuyentar a los chavales del botellón de su portal o calle!