El hundimiento
Ayer vi “El Hundimiento”, película sobre los últimos días de vida de Hitler. Me daba mucha cosa verla, ya que no soy muy aficionada al cine bélico, pero esta es distinta; se ven combates pero la mayor parte tiene lugar en el bunker donde el Führer se ha atrincherado con su séquito. Una de las secretarias que compartió encierro con Hitler en el búnker de la cancillería es la encargada de narrar cómo fueron esos últimos días mientras los rusos bombardeaban Berlín. De hecho sale hablando en un documental antes y después de la película, siendo ya una anciana.
Nos enseña con gran realismo las últimas horas de este fanático. Un Hitler que se siente traicionado, vencido, al borde de la locura, habiendo perdido el control y que se cuestiona en su búnker cómo quitarse la vida, esa vida a la que él ha demostrado tener tan poco respeto. De hecho todos los personajes que le acompañan en sus últimos días especulan con la vida y la muerte, el suicidio, etc. Pero también nos deja ver a un viejo encorvado con temblores en la mano al que todos llaman cariñosamente Mein Fürher y que es capaz de combinar cierta amabilidad y ternura familiar con la gente que tiene cerca, con el desprecio total por la población civil y la planificación industrial de asesinatos y torturas.
Es una versión distinta de la guerra, esta vez contada desde el bando alemán y no desde el punto de vista de los aliados.
Especialmente espeluznante y estremecedora es la mujer de Goebbels, que antes de dejar vivos a sus 6 hijos pequeños en un mundo sin el nacional socialismo por el que ella ha luchado, pefiere matarlos durmiéndoles con un somnífero, y luego matándolos uno por uno a sangre fría metiéndoles una cápsula de veneno en la boca.
De un gran valor histórico, creo que se debería exhibir en los colegios a todos esos chaveles que se autodenominan “nazis”, para que vean el tipo fanático y monstruoso que era Hitler. Esta, y por supuesto otra que es la Lista de Schindler.