miércoles, 19 de enero de 2005

Operación en una clínica privada

A nuestro hijo pequeño le intervinieron ayer de una operación simple; vegetaciones y colocación de un tubito en uno de sus oídos. Todo salió muy bien, y el crío se está recuperando muy bien, con alguna leve molestia en la garganta y oído.

Esto ni siquiera lo hubiera publicado en este blog, si no fuera por el escandaloso trato que recibimos en la Clínica donde le operaron. Se supone que este tipo de operación con anestesia general conlleva el que el paciente esté ingresado unos 24 horas por si hay alguna complicación.

Llegamos ahí a las 12:00, como nos había indicado el Otorrino, pasando por Administración, donde nos dicen que esperemos en la Sala de Espera. La sala estaba llena de gente, afortunadamente había un huequito para nosotros y la maleta. El niño (4 añitos) enseguida empezó a preguntar cuándo le iban a operar, normal, pero primero nos tenían que dar habitación. Ya empecé a oir a mi alrededor, que les habían dicho que hasta las 15:00 no había habitaciones libres, que había "overbooking", y tal. Alarmada me vuelvo a dirigir a Administración, donde te hacen firmar un montón de papeles pero donde no nos asignaron habitación.
El tiempo iba pasando, el niño se refugió en sus libritos y sus cuadernos de colorear (gracias a dios los llevaba!) y de vez en cuando preguntaba si le operaban ya. La gente en la sala de espera se iba enfadando cada vez más, había casos de personas que ingresaban un día antes de la operación porque les tenían que hacer todo tipo de pruebas. Nada de nada. Mi marido ya echando humo por las orejas se despachó a gusto con Administración, pero aún así, nada de habitación. El niño, en ayunas desde las 10:00 y rodeado de un montón de gente malhumorada fue un ejemplo de paciencia, de verdad que fue asombroso.

A las 16:50 nos llamó un celador, nos llevó directamente a la zona de quirófanos con maleta incluida, donde nos esperaba el médico que iba a operar a nuestro hijo. Nos explicó que efectivamente no había habitaciones libres, y que como la operación de nuestro hijo no era muy complicada, se podía convertir en "ambulante", es decir, después de un tiempo prudente de la intervención nos podríamos marchar a casa. Tuvimos que cambiar al niño en el vestuario de los celadores, y de ahí directito al quirófano. Tuvimos que esperar de nuevo en la Sala de Espera, donde todo el mundo estaba ya muy solidarizado con todos.

Afortunadamente todo salió bien, estuvimos haciendo el post-operatorio en el pasillo de quirófanos (un sitio nada tranquilo por su tránsito de médicos y enfermeras) en todo momento muy bien atendidos por el médico y el anestesista. El niño se fue recuperando bien, y después de unas horas nos dejaron ir a casa. El médico nos dió su movil por si había alguna complicación ya que normalmente el niño estaría vigilado por las enfermeras en planta hasta que él le hubiera dado el alta a la mañana siguiente.

Eso sí, nos insistió que denunciáramos a la Compañía el caos de la Clínica, por lo visto no era la primera vez que pasaba, y si no se denuncia, luego no llega donde tiene que llegar.
Por supuesto que lo vamos a denunciar, si pagas un seguro médico privado es por algo, es porque quieres tener un poco de intimidad y tener la comodidad de estar en una habitación con tu hijo y poder dormir en condiciones con él sabiendo que está bien atendido.
Para ellos es más importante llenarse el bolsillo que administrar bien su hospital.

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