lunes, 17 de enero de 2005

Debajo de la cama

De pequeñas, mi hermana y yo siempre teníamos miedo de que hubiera algo o alguien muy siniestro debajo de nuestras camas. A mi me daban pánico los lobos (claro, tanto cuento infantil poblado de lobos) y los vampiros, y a mi hermana todo tipo de monstruos pero sobre todo los cocodrilos. Curiosamente de día había vía libre, ¡a qué monstruo que se precia se le ocurriría esconderse debajo de la cama a plena luz del día! Pero la cosa cambiaba en cuanto oscurecía, y a partir de ese momento había que tener especial cuidado con que no te comieran viva. Para llegar a la cama había que hacer carrerilla desde la puerta y con un salto que ya quisiera Yago Lamela aterrizabas sana y salva encima de la cama sin que los bichos tuvieran acceso a tus piernas.

Evidentemente con la edad esos miedos infantiles fueron desapareciendo y esos monstruos ya no nos dan miedo. Ahora los que nos dan miedo son otro tipo de monstruos, estos muy reales, como esos cafres que entran en tu casa para robarte o hacerte cosas peores. Como le ha pasado a este matrimonio malagueño, al que les despertó una respiración fuerte desconocida acompañado por un fuerte olor a sudor. Muertos de miedo, comprobaron que un caco se había quedado dormido debajo de su cama. ¡Eso sí que es para morirse!

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