jueves, 25 de noviembre de 2004

Las compras de Navidad

El lunes pasado empecé con mi peregrinaje particular: las compras de Navidad. Ya sé que es pronto, pero me queda menos de un mes para la Gran Fecha. Es que nosotros tenemos la inmensa suerte de que SS.MM Los Reyes Magos de Oriente vienen a nuestra casa el día de Navidad, para que así los niños puedan disfrutar de sus juguetes durante todas esas eternas vacaciones de Navidad. Por supuesto hacemos el rito completo, es decir, zapatos en el salón, pan y agua para los camellos y unas copitas de licor y polvorones para los reyes. Cuando llega el 5 de enero nosotros les despedimos con todo entusiasmo viendo el desfile por la tele, y les damos las gracias por todos esos regalos tan estupendos que nos han traído.

Empiezo prontito y voy recogiendo catálogos de juguetes de todas las tiendas. Cuando los tengo en casa, hago un examen psicológico a mis hijos y les convenzo qué regalos tienen que pedirles a esos pobres ancianos que se gastan una pasta para que ellos estén contentos durante un tiempecito. Por supuesto no se pueden pedir regalos que valgan más de 60 euros. Los dos mayores ya saben de qué va el tema, pero el peque está en plena fase de fe. Angelito. Lo pide TODO, qué gracioso. Sus hábiles padres le encaminamos hacia ese patinete tan mono. Pero el presupuesto es lo que es, no se puede estirar. Con todos los catálogos en casa hago un estudio de mercado para ver en qué tiendas están las ofertas y allá que voy a por ello. Así compro las mismas cosas pero más barato. Al comprarlo tan pronto además, hay existencias de todo lo que quiero llevarme y no me arriesgo a que se agote o me quede una triste unidad en una caja más que rota.

Una vez adquirido todos los artículos empieza una concienzuda comedura de tarro, jejeje, y así, en la cartita a los Reyes van justo esas cosas que yo ya he comprado hace tiempo. ¿Manipuladora? Claro, soy madre. Jajaja!

No hay comentarios: