domingo, 26 de septiembre de 2004

Catálogos

Tengo que confesar una cosa: me encantan los catálogos. Me gusta hojear las revistas y pasar un rato entretenida mientras veo objetos y artículos más o menos útiles para la vida real: una funda para la lavadora, una lámpara de energía solar para el jardín con enanito incluido...

Los hay de dos tipos:

- los folletos publicitarios de tiendas o marcas conocidas que anuncian sus productos y su precio. Te enseñan las ofertas del mes mientras piensas si realmente son gangas o te están timando como siempre.

- los de venta por correo. Su eslogan: "El placer de comprar desde casa". Estos son sin duda los más divertidos. Puedes encontrar desde ropa, joyas, cosas para el hogar, bricolaje, libros, discos hasta productos para el baño o el jardín... Son como un supermercado, pero en cutre, ya que las cosas que puedes encontrar son normalmente malas, o aparentan ser buenas, pero cuando llegan a casa, no lo son.
Para que piques y compres, normalmente te ofrecen un regalo magnífico: "Enhorabuena por los 3 regalos GRATIS que vas a recibir!" que luego se queda en algo mínimo cuando repasas la letra pequeña con lupa: "Para equilibrar los costes de empaquetado y embalaje ajenos a la confección de tus regalos debo pedirte una pequeña contribución de 2,10€ por cada pieza para poder hacer posible que te lleguen en las mejores condiciones." Leñe, pero no era gratis??!!
O te hacen ver que eres la Gran Ganadora del sorteo de un magnífico coche Mercedes si envías tu pedido antes de final de mes, y luego descubres de nuevo en la letra pequeña que "el sorteo realizado ante notario es entre todos los participantes de esta promoción", o sea, un montón de pringaos como yo que ya se veían al volante de un cochazo!


Pero para mi el "No va más" de todos los catálogos es el de Ikea, y por lo que veo no soy la única!


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