jueves, 17 de febrero de 2005

Situaciones límites

Viendo las imágenes del crucero "Grand Voyager" me imagino lo mal que lo tuvieron que pasar todos sus pasajeros. Veinticuatro larguísimas horas aguantando un temporal de fuerza 10 con olas gigantescas que zarandeaban el barco como si fuera de juguete debe haber sido realmente espantoso! Cuentan los pasajeros que pensaron que de allí no iban a salir con vida, y no me extraña.

Lo más parecido a una situación límite en que he estado, fue cuando hace unos años muy cerca de nuestra casa se declaró un incendio en el mes de julio. Nosotros estabamos dormidos y nos despertó la hija de nuestros vecinos a las 3 de la mañana. Nos dijo que había un incendio muy cerca y que saliéramos pitando de ahí, así que cogimos a los 3 niños y la perra y nos fuimos de ahí corriendo en el coche. La sensación de que todo lo que tienes lo dejas atrás para salvar la vida es tremenda. Al final no pasó nada, el viento afortunadamente cambió de dirección y se alejó de nuestras casas, aunque el monte quedó muy quemado.

Otra vez fue en una excursión que hicimos hace muchos años (no había móviles todavía) en diciembre, días cortos y fríos, al Paraje Natural de El Torcal, en Antequera, Málaga. Hacía una tarde preciosa y cogimos una ruta señalizada. A la media hora de andar de repente en dos minutos se levantó una niebla espesa y no se veía nada. Perdimos el camino y estuvimos desorientados durante hora y media, hasta que de repente y por pura potra encontramos de nuevo la ruta y enseguida volvimos al coche. Esa vez no temí por mi vida, pero sí vi cerca la posibilidad de tener que pasar ahí la noche pasando mucho frío (en invierno las temperaturas ahí pueden llegar fácilmente por debajo de 0º) y humedad en un sitio donde no vive nadie.

Otra ocasión en que estuvimos en una situación muy desagradable fue cuando mi hijo mediano era un bebé de casi 9 meses. Estaba malo con mucha fiebre desde hacía 4 días, y le llevamos por segunda vez a Urgencias. Ahí inmediatamente quedó ingresado, tenía una infección bien gorda que "por horas no es una meningitis" (palabras textuales del pediatra). Las primeras 24 horas fueron cruciales, gracias a dios reaccionó al tratamiento y se puso bien, estuvo ingresado una semana. A posteriori fue cuando me di cuenta que casi no lo cuenta.

¿Os ha pasado alguna vez a vosotros? ¿Os habéis encontrado en una situación límite en el que pensasteis que no lo ibais a contar después?

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