martes, 23 de noviembre de 2004

Plaga de ratas

De pequeña me impresionó el cuento de El flautista de Hamelín. Narraba como una plaga de ratas se habían adueñado de esa población alemana. Se lo comían, mordían y destrozaban todo, y tenían atemorizados a la gente y a los gatos. Hartos de la situación, el pueblo se quejó a su Alcalde, que no supo solucionar el tema. Apareció un hombrecito con una flauta mágica que prometío que se llevaría a todas las ratas del pueblo a cambio de una buena recompensa, lo que el Alcalde aceptó encantado. El flautista tocó su flauta mágica, encantó a todas las ratas con su melodía, y se los llevó a un río donde se ahogaron. Cuando el flautista fue a cobrar su recompensa el Alcalde se lo negó, y como venganza, el flautista se llevó a todos los niños con su flauta mágica a una cueva dentro de una montaña, y no volvieron nunca jamás.

Algo parecido al cuento está pasando en el pequeño pueblo de Atascaderos, que tiene una población de sólo 3.000 habitantes. Hace un año que ahí se empezó a detectar un grave problema por una plaga de roedores.
Los agricultores instalaron trampas y colocaron venenos, pero esa medida resultó contraproducente, ya que causó la muerte de muchos gatos y otros depredadores de los roedores, y ante la falta de esos depredadores, se incrementó el índice de reproducción de las ratas, que han llegado a alcanzar medio millón de bichos.
A finales de septiembre fueron enviados unos 50 gatos al pueblo, pero el uso de los gatos no dio los resultados esperados, ya que fueron insuficientes para enfrentarse a tanta rata.

Ahora las autoridades ofrecen una recompensa de cinco pesos mexicanos por cada rata cazada a garrotazos para detener la multiplicación de los roedores. Menos es nada. Tal vez haya llegado el momento de que alguien en Atascaderos consiga el teléfono del flautista de Hamelin. A ver si les va a pasar como en el cuento...

No hay comentarios: